La verdadera meditación consiste en concentrarse únicamente en el Espíritu.
Disciplina tu cuerpo y tu mente, controla tus sentidos porque donde esté tu mente, allí emplearás tu energía y tiempo.
Los maestros hindúes enseñaron que para obtener el más profundo conocimiento es preciso concentrar la mirada en el ojo espiritual omnisciente, el entrecejo, el centro de la concentración, sede de la intuición del alma. La práctica de la meditación ayuda a abrir el ojo único de conciencia intuitiva. Este centro, localizado en el cerebro es el asiento de la voluntad. Cuando nos concentramos profundamente en este lugar y ejercemos calmadamente la voluntad, todo deseo se realizará.

Los pensamientos humanos tienen la capacidad de afectar la salud, felicidad y éxitos personales. Todo cuanto existe en el Universo es pensamiento manifestado en forma material. Es propicio bajar el nivel del diálogo mental, dejar ir aquellos pensamientos que son dañinos y mediante la concentración en la respiración, simplemente intentar ser.
Pasos
Busca un lugar tranquilo donde puedas estar en silencio y sin interrupciones.
Coloca un almohadón en el suelo para sentarte encima. De este modo la columna quedará más elevada y tendrás menos molestias en las piernas.
Puedes hacerlo en silencio o escuchando Mantras o sonidos de la naturaleza.
Siéntate con piernas cruzadas. Los brazos deben estar relajados y en las manos hacemos un Mudra (gesto energético), por ejemplo uniendo índice y pulgar dejando los demás dedos estirados. Las manos se apoyan sobre las rodillas con las palmas hacia arriba.
La postura de la espalda debe ser recta, la pelvis levemente hacia adentro, la columna estirada con los hombros hacia atrás, el cuello elongado y el mentón paralelo al suelo. Cierra tus ojos. Intenta relajar los músculos de tu cara. Al principio puede resultar incómodo mantener la postura de meditación pero con la práctica hasta llegarás a disfrutarla.
Ahora comienza con la respiración. Inhala y exhala siempre por la nariz. Intenta llevar el aire primero a la parte baja de los pulmones (visualmente como si lo llevaras al abdomen) y luego que el aire vaya subiendo hacia la parte alta, el pecho. Al exhalar que el aire salga lentamente. La respiración debe ser fluida y consciente.
¿Qué significa que la respiración sea consciente? Que todos tus pensamientos se enfoquen en ella. Observa cómo entra el aire, recorre y sale de tu cuerpo. Siéntelo. No juzgues, no critiques, solo observa tu respiración.
La mente, que es muy inquieta, hará que lleguen pensamientos del pasado o del futuro y esto es parte del entrenamiento. Cada vez que eso suceda, deja ir esos pensamientos y simplemente vuelve a concentrarte en la respiración.
A medida que lo practiques, cada vez conseguirás silenciar más tu mente y por más tiempo. Es bueno hacerlo todos los días. Puedes comenzar por 5 minutos e ir aumentando el tiempo de a poco hasta crear el hábito. Es algo que todos podemos hacer!! Suerte!!
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