Bailar nos transforma activando los procesos neuroendócrinos del bienestar.
Al bailar permitimos que el cuerpo active y desarrolle su sabiduría de autosanación.
Bailar facilita la conexión con nuestro interior a través de la sensopercepción kinestésica (percepción del movimiento, la postura y la orientación en el espacio).
Bailar nos da alegría para aceptar y reconocer todas nuestras emociones y sus funciones positivas para la vida.
Mover tu cuerpo al ritmo que toca la música es una forma comprobada de reducir el estrés y liberar endorfinas. El baile tiene la capacidad de disipar los estados de ansiedad, depresión y estrés; incluso si es solo por unos cuantos minutos, bailar te hace sentir fresca y llena de energía.
El baile es expresión en movimiento. Bailando comunicamos sentimientos, sensaciones, incluso opiniones.
Todas las culturas bailan. Histórica y culturalmente hemos bailado desde siempre. En el baile hay ritmo, rito, conexión, sincronía, interacción cuerpo-mente, hay expresión.
Bailar sana!
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